Una anciana con 100 años de edad recibe la unción durante la caravana blanca Foto: GACETA
La Semana de Exaltación a la Virgen de Peñarroya arrancó con la caravana blanca de enfermos e impedidos. Una actividad sin fanfarria y alejada de multitudes, pero que constituye un momento seguramente único por el significado que encierra. En sillas de ruedas, apoyados en bastón o del brazo de algún familiar, muchas personas mayores con poca movilidad acudieron a su cita anual con la Patrona en la parroquia de Santa Catalina. Una de ellas cumple cien años esta misma semana. Ahí es nada. Emocionados, recibieron la unción de enfermos y vivieron una eucaristía muy especial mirando de cara el rostro de la virgen en su carroza. El párroco, Benjamín Rey, y el sacerdote Antonio Campillo recorrieron las bancadas para llevar a cabo el sacramento de la unción a los ancianos, uno a uno.
Cruz Roja de La Solana volvió a ofrecerse para colaborar. Dos voluntarios realizaron el traslado a domicilio de varias personas con un vehículo, y dos más esperaban en la puerta de entrada al templo para a entrar a quien lo necesitaba. El encargado del operativo, Juan Ángel Palomera, lamentó no haber tenido vehículo adaptado, ya que hubo peticiones de traslados en silla de ruedas. Al menos, no faltaron a una actividad ya tradicional, “es algo obligado para nosotros y aquí seguiremos mientras podamos; ayudamos a toda la gente, cuanto más a las personas mayores”.
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