La patrona visitó el barrio de Fátima Foto: GACETA
La Virgen de Peñarroya inició ayer su peregrinar por La Solana. Es el tercer año consecutivo que la imagen recorre distintos enclaves de la ciudad, en un intento de acercarla todavía más a los solaneros. Hasta que la Junta Directiva tomó esta decisión, la Patrona sólo callejeaba durante las procesiones ordinarias, y el resto del tiempo permanecía en la parroquia de Santa Catalina. Muchos devotos, en especial personas mayores con dificultad para desplazarse, a duras penas podían cumplir su deseo mariano de ver de cerca el rostro de su Patrona.
Ahora, la virgen es quien baja al ruedo para arrimarse más de cerca de sus fieles. Una idea que todos aplauden y que tiene una gran aceptación. Basta con ver cómo se agolpa la gente allá donde la imagen hace escala.
Ayer, el nuevo cochecillo abierto (otra acertada idea) partió desde Santa Catalina rumbo al barrio de Fátima. Larga caminata hasta la pequeña ermita de la virgen portuguesa. Allí, se rezó el rosario y muchos vecinos pudieron disfrutar de su Patrona in situ, en su terreno. Al término de los misterios se cantó el himno.
La virgen pernoctó en la capilla del Cristo del Amor Foto: GACETA
Pasadas las 6,30 de la tarde, la procesión se reanudó por las calles solaneras con rumbo al Cristo del Amor. Era el siguiente destino, adonde la imagen llegó pasadas las 8,45 de la tarde-noche. Minutos después se celebró la eucaristía, oficiada por el párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey. Mucho público siguió la misa, llenando las sillas colocadas para la ocasión en la calle Antonio Maura, frente a la ermita del Cristo del Amor. En la celebración participó el coro de la parroquia del Convento.
La imagen fue guardada en la pequeña ermita, donde ha permanecido toda la noche. En la tarde de este miércoles, el cochecillo volverá a salir a la calle para continuar el recorrido previsto en el programa de este año.
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